HISTORIA DE PASILLOS

De repente todo empezaba hace 18 meses. Cuando todo era nuevo y miles de cosas por conocer, cuando el miedo y la incertidumbre que solo podían vencer los más valientes que se atrevían a enfrentarlo, como tantas otras veces iniciaban la lucha dispuestos a dejarlo todo, sabiendo que quizá no iban a regresar.

 

Empezar a contar lo que se vivió y sucedió es raro, ahora mirar atrás y saber que ya nada volverá, que cada mirada antes de dormirlo, ya no está, sabían que eso que se estaba preparando era para ellos.

Noches, días, cumpleaños, fines de semana, días de lluvia, de sol, viento, inundaciones, calor insoportable, frio que quemaba los huesos.

 

Nadie sabe lo que pasaron, nadie que no estuvo ahí sabe ni entiende todo lo que se vivió.

Cada día al llegar siempre nos encontrábamos con la incertidumbre de no saber, de cómo hacer entender a la familia que quizá no iba a volver a verlo más… Al escucharlos del otro lado del teléfono.

Si! Ahí estuvimos, minuto a minuto. Solo con el afán, las ganas y el deseo de poder decir que alguno de ellos podía volver a reencontrarse con su familia, que con mucha alegría y los ojos llenos de lágrimas de felicidad los despedíamos.

Ellos eran los seres más

preciados.

 

Es hora de que todos sepan… Que sabemos cada apellido de ese papel azul que teníamos que llenar cada vez que nos tocaba ese llamado que jamás querían recibir, que hoy recordamos con lágrimas en los ojos a cada uno.

Dá por seguro que quedó grabado, en cada uno de nosotros.

Hoy después de más de 18 meses, podemos decir, que sentimos que solo somos un aplauso.